domingo, 30 de noviembre de 1980

Jesús de la Divina Misericordia



JESÚS DE LA DIVINA MISERICORDIA

PROMESA DE JESÚS

"Yo prometo al alma que venere ésta imagen que no perecerá ... Protegeré durante toda su vida, cual madre a su hijo, a las almas que propagaren el culto a Mi Misericordia; en la hora de la muerte no seré para ellos Juez sino Salvador..." -Promesa hecha durante Sus apariciones (1931-1938) a Santa Faustina Kowalska en Plock, Polonia.

HISTORIA DE LA DEVOCIÓN A JESÚS DE LA DIVINA MISERICORDIA

La Misericordia de Dios es de una importancia inmensa para la Humanidad, especialmente en nuestros días, no solamente para los que han, sido atormentados horriblemente en lo pesado, sino aun más para los que viven en angustias e Incertidumbres a causa de un futuro más horroroso todavía.

Desde el año 1931. Nuestro Salvador Divino apa­reció varias veces a Sor Marie Faustina, enseñán­dole la “Devoción a la Misericordia Divina”, ordenándole la propagación de esta devoción. El Señor desea compeler, por medio de Sor María Faustina, a la infeliz Humanidad para que busque su salvación donde únicamente puede encontrarle: En, Su Divina Misericordia. De muchas partes vienen noticias concernientes á ruegos que la Misericordia de Dios ha concedido. Algunos de estos ruegos atendidos son maravillosos como, por ejemplo, la curación de una enferma incu­rable: Bárbara Klos, o del incurable enfermo hijo de Zdrosewski y muchos otros La Iglesia está exami­nando estos casos.

De América escriben: “La Devoción de la Misericordia de Dios llegó también a los Estados Unidos. La Imagen del MISERICORDIOSO JESÚS y la noticia con­cerniente a esta Devoción la trajo a los Estados Unidos un sacerdote mariano, que venía de Polonia, vía Rusia y Siberia, en el año 1940”. El 27 de febrero de 1948 la Radio Papal del Vaticano anunció en un programa especial, una noticia relativa a Sor María Faustina como “Apóstol de la Misericordia Divina”, concluyendo con las palabras:

“Cristo exhorta al mundo, que se encuentra al borde del abismo, la única salvación la encontrará en echarse en los brazos de la Divina Misericordia, que dará a toda la humanidad felicidad verdadera, orden y paz permanentes.

Para propagar esta devoción, los Obispos de Polonia resolvieron someterla a la Santa Sede, con la petición de fijar para el primer domingo después de Pascua Florida “La Fiesta de la Divina Misericordia”. Los adoradores de la Divina Misericordia quedarán satisfechos de que en un futuro no muy lejano esta devoción inflamará a todo el mundo.