ROMA, 28 Jun. 05 / 01:41 pm (ACI).- Esta noche se abrió oficialmente en la Basílica romana de San Juan de Letrán, el proceso de beatificación del Papa Juan Pablo II, con una solemne ceremonia en la que se recordó la vida y legado de “El Grande”.
En su discurso, el Vicario de Roma, Cardenal Camillo Ruini, aseguró que es “unánime y universal el convencimiento de la santidad” del difunto Papa.
El Purpurado sintetizó el legado de Juan Pablo II a través de “su amor por la Humanidad, que llevó a una obra incansable para evitar las guerras y restablecer la paz; para asegurar a los pueblos más pobres, a los últimos de la tierra, una esperanza de vida y de desarrollo; para defender la dignidad de la persona, desde su concepción hasta su muerte natural”.
El Cardenal Ruini recordó la vida del fallecido Pontífice y destacó el impacto que en su vida sacerdotal tuvo la Segunda Guerra Mundial, los duros años del comunismo en Polonia y las enseñanzas de San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús.
El Vicario de Roma evocó las primeras palabras de Juan Pablo II al inaugurar su pontificado: “No tengáis miedo; abrid de par en par las puertas a Cristo”y lo consideró “una persona de gran profundidad espiritual”.
Asimismo, precisó que hasta el último momento de su vida, sus dolores fueron un testimonio para la humanidad sobre el significado cristiano del sufrimiento y la muerte. “Por ello, los días de sus exequias fueron para Roma y el mundo días de extraordinaria unidad, de reconciliación, de apertura del alma a Dios”, agregó.
La ceremonia
La ceremonia de apertura del proceso comenzó con el rezo de las primeras Vísperas de la festividad de San Pedro y San Pablo, Patrones de Roma, que se celebra mañana, seguido por el juramento latín del Cardenal Ruini, los jueces del tribunal y los notarios.
Después, el postulador de la causa, el sacerdote Slawomir Oder, presentó los papeles que le acreditan como tal, los documentos que ya ha recogido sobre la figura del difunto Papa y la lista de las personas a las que hay que interrogar.
Tras esta sesión inaugural, en fechas próximas se celebrará la primera audiencia, que será a puerta cerrada.
El proceso
En su discurso, el Vicario de Roma, Cardenal Camillo Ruini, aseguró que es “unánime y universal el convencimiento de la santidad” del difunto Papa.
El Purpurado sintetizó el legado de Juan Pablo II a través de “su amor por la Humanidad, que llevó a una obra incansable para evitar las guerras y restablecer la paz; para asegurar a los pueblos más pobres, a los últimos de la tierra, una esperanza de vida y de desarrollo; para defender la dignidad de la persona, desde su concepción hasta su muerte natural”.
El Cardenal Ruini recordó la vida del fallecido Pontífice y destacó el impacto que en su vida sacerdotal tuvo la Segunda Guerra Mundial, los duros años del comunismo en Polonia y las enseñanzas de San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús.
El Vicario de Roma evocó las primeras palabras de Juan Pablo II al inaugurar su pontificado: “No tengáis miedo; abrid de par en par las puertas a Cristo”y lo consideró “una persona de gran profundidad espiritual”.
Asimismo, precisó que hasta el último momento de su vida, sus dolores fueron un testimonio para la humanidad sobre el significado cristiano del sufrimiento y la muerte. “Por ello, los días de sus exequias fueron para Roma y el mundo días de extraordinaria unidad, de reconciliación, de apertura del alma a Dios”, agregó.
La ceremonia
La ceremonia de apertura del proceso comenzó con el rezo de las primeras Vísperas de la festividad de San Pedro y San Pablo, Patrones de Roma, que se celebra mañana, seguido por el juramento latín del Cardenal Ruini, los jueces del tribunal y los notarios.
Después, el postulador de la causa, el sacerdote Slawomir Oder, presentó los papeles que le acreditan como tal, los documentos que ya ha recogido sobre la figura del difunto Papa y la lista de las personas a las que hay que interrogar.
Tras esta sesión inaugural, en fechas próximas se celebrará la primera audiencia, que será a puerta cerrada.
El proceso
El proceso de beatificación se inauguró en la basílica romana y no en el Vaticano, porque el Papa era también Obispo de Roma.
El pasado 13 de mayo, Benedicto XVI anunció en el curso de un encuentro con el clero romano en esa misma basílica la apertura de la causa dispensando de los cinco años de espera que deben transcurrir tras la muerte del Siervo de Dios y el inicio del proceso.
Según el Vatican Information Service, “el Tribunal diocesano de Roma es responsable de la primera fase del proceso (análisis de la vida y de los escritos del Siervo de Dios, audiencia a los testigos). Si el veredicto es positivo, el sumario pasará a la Congregación para las Causas de los Santos, donde tras un nuevo examen del material relativo a la causa, se analizarán con la ayuda de médicos y expertos los favores extraordinarios que podrían ser milagros. Tras la certificación de un milagro, el Papa puede disponer la beatificación”.